En busca de la ciudad soñada

Italo Calvino, Ciudades Invisibles
“Las ciudades invisibles”, Italo Calvino. Siruela (2012). Traducción: Aurora Bernárdez. Edición digital ISBN: 978-84-15723-20-2

“Las ciudades invisibles” de Italo Calvino es un libro que se disfruta con la mente y los sentidos, una obra que no solo se piensa, sino que también se huele, se mira, se saborea y se toca; que nos transporta a espacios inverosímiles y exóticos, al tiempo que nos interpela sin posibilidad de escape sobre el entorno en que vivimos, las ciudades que habitamos y el papel que tenemos en todo ello.

Basado en “El Millón” (1298-1299), obra redactada por Rustichello de Pisa, (también conocida como “Los viajes de Marco Polo”), el libro que Italo Calvino escribió en 1972, “Las ciudades invisibles”, pone nuevamente el relato en boca del mercader veneciano. Marco Polo aparece aquí describiendo a Kublai Kan, emperador de los tártaros, cada una de las 55 ciudades que ha visitado en sus viajes como embajador del monarca.

Todas las urbes relatadas tienen nombre de mujer, todas son imaginadas, imposibles y ninguna es reconocible. Reunidas (y luego re-barajadas) en grupos de a cinco, según sea la característica común que las distingue -“ciudades y la memoria”, “ciudades y el deseo”, “ciudades y los muertos”, “ciudades sutiles”, “ciudades continuas”, etc.- hay entre ellas ciudades alegres y tristes; urbes felices que están escondidas en las infelices; ciudades en el aire, en el mar o dentro de la tierra. Todo es posible en el imperio del Gran Kan, aunque él mismo no lo conozca.

Cada texto es breve, con una descripción a ratos sensual, a ratos abstracta, muchas veces en el terreno de la intuición. Para comprender habrá que dejarse llevar por los diferentes planos temporales, espaciales y lingüísticos que escapan de la realidad posible y que remiten más bien a universos borgianos como los de “El libro de Arena” o “La Biblioteca de Babel”.

Sensual, fantástico o abstracto, cada relato invita a la reflexión, a pensar en qué tipo de espacios habitamos y cómo es que estructuramos la vida en comunidad.  Decía Calvino en una charla que dio en la Universidad de Columbia, Nueva York, en 1983 que en esta obra creía haber desarrollado, “una discusión sobre la ciudad moderna”, y añadía que lo que a su Marco Polo le importaba era “descubrir las razones secretas que han llevado a los hombres a vivir en las ciudades”.

La conexión entre habitante y ciudad parece ineludible y lleva a preguntarse si el libro no trata, en el fondo, acerca de la persona humana, de sus pasiones, deseos y temores que se reflejan en la forma como modificamos y organizamos el entorno. Así, la alegoría abunda y podría postularse que detrás de cada lugar descrito hay una exploración poética del ser y quehacer humano. Continuar leyendo «En busca de la ciudad soñada»

Vida de viajes o el viaje de la vida

Los Errantes, Olga Tokarczuk
“Los Errantes”, Olga Tokarczuk. Anagrama (2019). Traducción: Agata Orzeszek. ISBN: 978-84-339-4105-3

«Los Errantes», de Olga Tokarczuk, Premio Nobel de Literatura 2018, es un libro extraño pero hermoso. Aunque tiene una narradora, no es una novela tradicional; aunque su lenguaje está colmado de bellas y sugerentes imágenes, no es un poema; y aunque desmenuza con precisión quirúrgica el tema del viaje, tampoco es un ensayo. Es quizás todo lo anterior y en eso radica su originalidad y su atractivo.

Visto al microscopio, es un libro compuesto por múltiples historias, anécdotas, reflexiones, textos largos y cortos. A ratos se lee como un recuento de memorias; a ratos, como relatos aparentemente sin conexión entre sí pero que intuimos que se relacionan con la idea del movimiento, de ese cambio constante del que nadie escapa -ya lo decía Heráclito hace miles de años y Machado hace menos tiempo- y que algunos buscan acelerar yendo al encuentro de nuevas realidades, situaciones y lugares; en una palabra, viajando.

Juguetona y a la vez elegante, la voz de la narradora otorga una buena dosis de unidad a este fragmentado texto que nos hace saltar de un lugar a otro, a veces de un siglo a otro. Ella es una errante, una de esas personas que no echan raíces: “No me nutro de la savia de la tierra, (…) Mi energía es generada por el movimiento”. Es una viajera empedernida que, además, dice tener un “síndrome” que la hace ir hacia todo lo defectuoso, lo imperfecto, lo roto, todo lo que se aparta de la norma; tiene la convicción de que es “ahí donde el verdadero ser sale a la superficie y revela su naturaleza” y eso es lo que busca en sus viajes.

Historia tras historia, la acompañamos en sus peregrinaciones que van siempre “en pos de otro peregrino”; uno malogrado, hecho pedazos. Algunos relatos están narrados en primera persona, escenas que vivió en hoteles, aeropuertos, trenes, salas de esperas, encuentro con viajeros singulares o conversaciones oídas al pasar. Un verdadero gabinete de curiosidades: discusiones con ictiólogos creacionistas, con personas que viajan a lo largo del meridiano cero y muchas más, así como experiencias raras como la de esa llave de hotel de la pieza número 9 que todos pierden, y ella también. Todo esto, entreverado con fragmentos de las charlas que, en un aeropuerto, da una pareja de científicos muy serios sobre “la Psicología del viaje”, en un registro que desentona con el ánimo de los pasajeros y que hace ver la situación a ratos bastante cómica.

También hay relatos en tercera persona, historias que para mi gusto son las mejor logradas del libro y donde Tokarczuk nos transporta a universos tan disímiles como cautivantes. La de aquella mujer que desaparece con su hijo en una isla por tres días durante sus vacaciones, para desesperación y obsesión de su marido; la de la madre que abandona a su atribulada familia y se pasa el tiempo viajando en una misma línea del metro sin salir a la luz del día; o la del conductor de un ferry que hace el mismo trayecto en línea recta, llevando y trayendo pasajeros desde y hacia una isla hasta volverse loco.

La isla es ciertamente un tema recurrente, lo mismo que los mapas y el cuerpo humano. Cartografía y anatomía se mezclarán así en varias de estas historias de peregrinos antiguos y presentes. Todos viajan de un punto a otro y en el proceso, transforman su noción del tiempo intermedio, esa especie de limbo o tiempo insular; el tiempo del viajero que parece ser distinto al del que no está en movimiento.

Invita a la reflexión esta singular y bella lectura que la misma autora llamó “novela de constelación”. Surge inevitablemente la pregunta de por qué viajamos. ¿Qué queremos encontrar? ¿El objetivo va cambiando durante el trayecto? ¿Qué conservamos de nuestros viajes? Continuar leyendo «Vida de viajes o el viaje de la vida»

Los libros de mi maleta

No me imagino un viaje sin libros. Y no hablo solo de leer durante el recorrido y en el lugar de destino aquellos libros que empacamos en el punto de partida, sino sobre todo de aprovechar el viaje para empaparse de lo que interesa a las personas en el lugar y al momento en que visitamos, para así descubrir nuevos autores y temáticas que enriquezcan nuestra experiencia.

Vengo llegando de tres deliciosas semanas en Chile, mi país natal, donde aparte de rencontrarme con familia y amigos, comer los más ricos porotos granados hechos por mi querida cuñada y visitar hermosos lagos, bosques y ciudades, me hice de un stock considerable de nuevas lecturas que me tienen muy entusiasmada.

Libros de Chile 2019 1Les muestro una selección de lo que traje en mi pesada maleta. Un potpurrí de lo más variado; la cosecha variopinta de libros que me regalaron o que compré motu proprio y por pura curiosidad, aunque en su mayoría vienen recomendados por algún familiar o amigo lector. Hay de todo un poco: autores chilenos y de otras latitudes; libros recientes, otros antiguos; ensayos y ficción; ciencia, música, crimen, etc. Para todos los gustos.

Cada libro viene con su propia historia de cómo llegó a mis manos que ya les iré contando a medida que los reseñe en las próximas entradas, ya que apenas vengo bajando del avión. Solo quería contarles en qué anduve durante estas semanas de ausencia y mostrarles de paso algunas fotos que tomé en mi recorrido por ese lindo país, especialmente por los lagos del sur de Chile y los cerros del puerto de Valparaíso, que han inspirado a más de un poeta.

Volcán Osorno
Volcán Osorno visto desde el lago Puyehue
Volcán Puntiagudo
Volcán Puntiagudo
Roble Pellin
Magnífico pellín (roble adulto) a orillas del lago Ranco (foto inferior)

Ranco

Valparaíso 3
Atardecer en Valparaíso, una ciudad a todo color…